HISTORIA

Tarde de verano en España, año 2017, entre luces y sombras observando la grandeza de la catedral de Murcia, a Guillermo Retamero, ligado al mundo del vino por su familia, se le cruza la idea de crear una gran cerveza. Pero una que no solo te refresque, sino que también te regale un momento único, una cerveza con alma. ¿Por qué no? Un emprendimiento que nace de un simple anhelo, pero que cambiaría su trayectoria profesional por completo. Poco sabía él en ese entonces el camino que le esperaba para llegar a concretar esta gran idea, enfrentando varios obstáculos que se fueron presentando uno a uno, entre ellos, nada menos que una pandemia global.  

La idea de elaborar una gran cerveza no lo deja dormir y al poco andar asume que tiene que ir en búsqueda de los mejores cerveceros y químicos del mundo para arrancar su proyecto.

En paralelo a esta búsqueda, junto con el director de diseño de una cadena internacional muy vanguardista en diseño, comienza a crear la identidad de la cerveza. Para Guillermo está bastante claro: debía representar la pasión, la amistad y la libertad. en ese orden. Esto queda fuertemente plasmado en los colores de la marca: el rojo representa la pasión; el nombre, la amistad; y finalmente las alas, la libertad. 

A finales de 2018 el proyecto ya cuenta con el químico, el cervecero y el mejor diseño, pero… no hay financiación. Guillermo no quiere encargarle la elaboración a cualquier gran cervecera. ¿Qué hacer? Elige la opción más dura pero la más sincera para poder crear la mejor cerveza del mundo: comprar una planta piloto para crear la fórmula de esta cerveza. 

En marzo de 2019 y tras una búsqueda internacional que lo lleva por Estados Unidos, China, Italia y Portugal, se decide por una microcervecería alemana, y comienza la búsqueda de la financiación. Nadie apuesta por el proyecto, hasta que en febrero de 2020 finalmente la consigue. Ahora sí que arrancan, pero wow, llega la pandemia y hay que enfrentar una dura decisión: ¿realmente debemos lanzar al mercado una nueva cerveza en la mayor crisis sanitaria del último siglo? la decisión fue rápida: ¡por supuesto! y tele-trabajando se arma el equipo, que conforme se permitía ir a trabajar in situ, puede comenzar a ensamblar (no libre de dificultades logísticas obviamente), logrando ponerlo en funcionamiento al 100% en el almacén de Molina de Segura, en junio de 2020. 

Después de meses y meses de búsqueda de la fórmula perfecta para la mejor cerveza del mundo, empieza la fabricación en junio del 2021. 

Perkins no es una cervecería artesanal, no ofrece 30 opciones, ofrece la mejor.  Finalmente, después de un largo recorrido se hace realidad el sueño de un emprendedor, un sueño reforzado por su madre quien auguró que su hijo algún día tendría su propia cervecera. 

Las botellas dan fe de lo que aportan, un momento único. Los envases de aluminio no son una edición limitada, son parte de la experiencia integrada que queremos compartir con las personas.

Ahora estamos en una nueva etapa del ciclo; la presentación de la marca al mundo. Gracias por ser parte de esta aventura, bebe una Perkins y cuéntanos tu opinión.